El año pasado, Nadia Podoroska impresionó al tenis femenino cuando en París se convirtió en la primera tenista proveniente de la qualy en clasificarse a semifinales de un Grand Slam. Esta vez, vive otro Roland Garros mágico por otros motivos: eliminada en el debut del cuadro de singles, buscará la final del dobles femenino.
Luego de un debut para el olvido sobre el polvo de ladrillo francés, al perder en sets corridos con la suiza Belinda Bencic (11° WTA), la rosarina unió fuerzas con la rumana Irina Begu. Y, tras una reñida victoria por 6-3, 4-6, 6-2 sobre la croata Petra Martic y la estadounidense Shelby Rogers, se metieron entre las cuatro mejores parejas en París.
“Es muy emotivo, estoy muy feliz de cómo jugamos. No estoy acostumbrada a jugar demasiados dobles, es el primer año que juego más, así que estoy muy feliz. Con mi ranking puedo entrar en todos los torneos y quiero usarlo para aprender más”, admitió la actual 42° del mundo en el sitio de Roland Garros.
En octubre de 2020, el Abierto de Francia representó un gran crecimiento para Podoroska, tanto en su tenis como en su ranking. Marcó, sin dudas, un antes y un después en su carrera. “Es muy especial para mí. Este es el torneo en el que todo cambió para mí“, confesó la tenista de 24 años.
“Fue emocionante estar de regreso aquí. No jugué tan bien en individuales, pero estamos haciendo un gran trabajo y es una buena manera de quedarnos más tiempo en París”, remarcó.
En semifinales, el desafío para Podoroska y Begu es alto, ya que las espera la dupla conformada por la estadounidense Bethanie Mattek-Sands y la polaca Iga Swiatek, justamente la última campeona como singlista en Roland Garros y quien eliminó a la rosarina en aquel recordado torneo de 2020.
Para la argentina y la rumana, en tanto, este es su tercer torneo como pareja. Sin embargo, la conexión se dio rápidamente y el idioma no fue un problema. “Nos entendemos muy bien dentro y fuera de la cancha. También hablo español, así que es una buena comunicación. Con Nadia es fácil porque es una persona relajada”, valoró Begu.
Nadia se recuperó a su mala performance en singles y alcanzó la final en dobles.
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Semifinalista del dobles femeninos en el Abierto de Australia en 2018, la rumana confía en que no las abrumará la posibilidad de ser finalistas en París. “Sería genial. Pero no estoy tan estresada, presionando de manera negativa. Solo quiero disfrutar. Si llegamos a la final, tiene que ser de forma positiva, para estar relajadas y disfrutar”, explicó.
El duelo se disputará en el segundo turno del court Simonne-Mathieu, donde desde las 8 se definirá a la primera dupla finalista, que saldrá de la polaca Magda Linette y la estadounidense Bernarda Pera o las checas Barbora Krejcíková y Katerina Siniaková.