El ejército israelí intensificó su presencia en la Franja de Gaza este domingo con una nueva orden de evacuación en Deir al-Balah, una ciudad ubicada en el centro del enclave, que hasta ahora no había sido escenario de operaciones terrestres durante los casi dos años de guerra contra Hamas. La decisión ha provocado escenas de desesperación entre la población local, conformada en gran parte por desplazados que viven en condiciones precarias.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) arrojaron panfletos desde el aire para advertir a los residentes de varios distritos del suroeste de Deir al-Balah que deben trasladarse inmediatamente hacia al-Mawasi, una zona costera que ya se encuentra colapsada por la cantidad de personas refugiadas. El ejército justificó la medida afirmando que busca “destruir la capacidad del enemigo y su infraestructura terrorista”, y aunque no se ha registrado aún un despliegue terrestre, sí se confirmaron bombardeos aéreos en la zona.
Según fuentes militares citadas por la agencia Reuters, el retraso en la ofensiva sobre esta región obedecería a sospechas de que Hamas mantiene allí a parte de los rehenes israelíes. Se estima que al menos 20 de los 50 rehenes que permanecen en cautiverio estarían vivos. La posible operación genera preocupación entre las familias de los secuestrados, que temen por sus vidas.
En paralelo, este domingo se denunciaron nuevas muertes en centros de asistencia humanitaria. Más de 40 personas fallecieron frente al hospital Shifa de Ciudad de Gaza, cuando una multitud esperaba la llegada de camiones de ayuda de la ONU y fue atacada por fuego israelí. En el sur del enclave, otras víctimas se registraron en puntos de distribución gestionados por la Fundación Humanitaria de Gaza (FHG), respaldada por Estados Unidos e Israel. Si bien las FDI aseguraron que solo se dispararon tiros de advertencia, testigos afirmaron que se trató de ataques letales.
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