
Un mediodía que parecía transcurrir con normalidad en la Universidad Católica de Cuyo terminó en minutos convertido en un operativo de seguridad a gran escala. Poco antes del mediodía, todas las áreas del campus de Rivadavia, desde los niveles Primario y Secundario hasta institutos y oficinas administrativas, fueron desalojadas luego de que se recibiera una advertencia telefónica que mencionaba la presencia de un artefacto explosivo.
El aviso llegó al Colegio Mons. Audino y Olmos, ubicado dentro del mismo complejo educativo. Del otro lado de la línea, una voz infantil lanzó una frase que activó de inmediato todos los protocolos: “En la Católica hemos puesto una bomba”. Bastó ese mensaje para que directivos y personal activaran el plan de emergencia y solicitaran la llegada urgente de Bomberos y de la Policía de San Juan.
Durante más de una hora, los equipos especializados barrieron el predio en busca de algún elemento sospechoso, mientras docentes y alumnos esperaban en zonas seguras hasta que la situación fuera controlada. Finalmente, las autoridades informaron que se trataba de una amenaza falsa.
Fuentes oficiales confirmaron que el autor de la llamada fue un menor de edad, cuya identidad se mantiene en reserva. El caso quedó bajo investigación del Fuero de Menores, que ahora deberá establecer las circunstancias y posibles motivaciones detrás del episodio.
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