Ese escalofrío que recorre la piel al escuchar una canción conmovedora o al enfrentarnos a una situación de peligro tiene una explicación científica: se trata de la piloerección, más conocida como “piel de gallina”.
Aunque suele pasar desapercibida o asociarse a momentos anecdóticos, esta respuesta fisiológica revela una compleja interacción entre cuerpo, emociones y evolución.
Instituciones médicas como la Clínica Cleveland explican que la piel de gallina es una reacción automática del sistema nervioso simpático.
Ocurre cuando se libera adrenalina (epinefrina) ante ciertos estímulos como el frío, el miedo o emociones intensas, lo que provoca la contracción de pequeños músculos en la base de los vellos, haciéndolos erizarse.
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