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A finales de septiembre pasado, la noticia de que Argentina se convirtió en un gigante geográfico dio la vuelta al mundo. Tras 23 años de trabajo, el comité científico de las Naciones Unidas avaló la pretensión nacional de un nuevo límite exterior para la plataforma continental nacional, el cual sumará poco más de 1,7 millones de kilómetros cuadrados, equivalentes a un 35 por ciento más respecto de la anterior, a la plataforma continental.
De este trabajo, en el que colaboraron varios organismos públicos y universidades, participaron profesionales de distintas disciplinas involucradas en el tema: geodestas, hidrógrafos, geólogos, geofísicos, cartógrafos, oceanógrafos, expertos en sistemas de información geográfica, abogados y expertos en derecho internacional. Finalmente, los grupos de trabajo de la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (COPLA), después de unas 100.000 horas de trabajo conjunto, concluyeron la tarea.
“Este hecho significa ampliar muchísimo nuestra soberanía marítima sobre extensas regiones, en potencia, muy ricas en recursos económicos, especialmente en pesca, minerales e hidrocarburos”, dice el doctor en Geología Rodolfo del Valle. La potencialidad a la que hace referencia se debe a que aún hay que esperar cierta evolución en materia tecnológica, dado que, por tratarse, en muchos casos, de profundidades, son territorios que no fueron considerados como factibles de ser explotados, perforados y puestos en producción.
Del Valle comenzó a trabajar en este tema en el año 2005 y fue uno de los tantos hombres y mujeres que se desempeñaron en la COPLA con el objetivo de lograr extender la superficie más allá de las 200 millas originales. “Me sentí muy orgulloso cuando recibí la orden irrenunciable de presentarme a colaborar con la causa, porque siempre me interesó poder contribuir en algo perdurable que sirviera de recuerdo a futuras generaciones”, sostiene.
Juan Manuel Lirio, quien se desempeña como coordinador de Ciencias de la Tierra en el Instituto Antártico Argentino, sostiene que, a partir de esto, “Argentina establece un límite de carácter definitivo y obligatorio para terceros Estados sobre una fracción considerable de su plataforma continental, que incluye espacios más allá de las 200 millas, donde la presentación argentina no está sujeta a controversias (islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur) ni sobre la plataforma continental antártica donde rige el Tratado Antártico”. El licenciado y doctor en Ciencias Geológicas agrega que “por otro lado, se reconoce que hay una disputa de soberanía con el Reino Unido sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”.
¿Qué se puede esperar a futuro? Para Lirio, ahora no solo deberán ejercer los derechos sobre los recursos en el mar, lecho y subsuelo, sino que deben ser fuertemente custodiados: “Vamos a necesitar una fuerte presencia de barcos, aviones y formación de recursos humanos para explorar, controlar y administrar nuestra plataforma hasta las 350 millas. Debemos pensar en la presencia de la enorme flota de pesca china que explota los océanos del mundo”.
Para quienes trabajan en el tema, Argentina debe incentivar la investigación y evaluación de los recursos (pesca, explotación petrolera y mineral) en toda su plataforma hasta las 350 millas. También resaltan que es importante explorar y explotar capacidades más allá del borde de la plataforma, es decir, en los fondos oceánicos profundos que son patrimonio de la humanidad.
“Es de mucha importancia resolver el conflicto con el Reino Unido sobre las islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur para la Argentina. Argentina debe seguir atentamente cómo el Brexit puede debilitar la posición del Reino Unido para excluir a sus colonias como territorios europeos de ultramar”, agrega Lirio y afirma que el país debe “estar atento a cualquier modificación del Tratado Antártico y el estatus legal de la Antártida”.
UN CASO TESTIGO
La COPLA fue creada en 1997 (Ley N.° 24815) como órgano oficial para elaborar el Límite Exterior de la Plataforma Continental Argentina, según la CONVEMAR y la Ley N.° 23968 de Espacios Marítimos. La COPLA fue presidida por la Cancillería (dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores) e integrada además por el Servicio de Hidrografía Naval y el Ministerio de Economía. “Esto es el producto de una política de estado de muchos años de trabajo científico y técnico para obtener y procesar una enorme cantidad de información geológica, geofísica, batimétrica, entre otras cosas, de nuestra plataforma continental”, explica Lirio.
Algo curioso sucedió con las islas Auroras, también llamadas islas de la Aurora o islas Auroras (Shag Rocks and Black Rock en inglés), que son un conjunto de rocas oceánicas ubicado en el Atlántico Sur, en la región más septentrional del Arco de las Antillas Australes, unos 1200 km al este de la isla de los Estados en Tierra del Fuego.
“Estas islas están constituidas por dos grupos: el de las Rocas Cormorán o conjunto occidental, y el de la Roca Negra o conjunto oriental, ambos formados básicamente por rocas sedimentarias; se trata de cumbres emergidas de la llamada ‘Dorsal de Scotia’ que es continuación submarina de la cordillera de los Andes, la cual vuelve a emerger a lo largo de la península Antártica”, comenta Del Valle y suma un dato: “El primer ser humano que las pisó fue el geólogo argentino Mario Giovinetto, quien durante la Campaña Antártica Argentina de 1955 y 1956, desde el ARA Bahía Aguirre, arribó en un helicóptero para efectuar estudios y tomar muestras de rocas”.
El grupo insular de las islas Aurora es reivindicado por la República Argentina, que lo considera parte del departamento de islas del Atlántico Sur, dentro de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur, pero aún se hallan bajo control británico, que las considera parte del territorio británico de ultramar de las islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur.
Tanto Argentina como el Reino Unido difieren en cuanto a si las islas Aurora pueden generar una zona económica exclusiva (ZEE) en el mar circundante de acuerdo al artículo N.º 121 de la CONVEMAR. El Reino Unido considera que estas rocas no pueden sostener habitabilidad humana ni actividad económica de suyo propio, negando la existencia de una ZEE, mientras que Argentina considera lo contrario y ha realizado una reclamación de soberanía de 200 millas marinas en torno a las islas Aurora. Esta zona reclamada por Argentina es considerada “alta mar” por el Reino Unido cuando se extiende más allá de las 200 millas marinas contadas desde las islas Georgias del Sur, aunque la plataforma submarina del área ha sido reclamada por ambos países.
“El comité científico de las Naciones Unidas avaló finalmente la pretensión argentina de un nuevo límite exterior para la plataforma continental nacional, y esta simple anécdota ejemplifica la hazaña poco menos que ‘heroica’ de un individuo muy meritorio al saltar desde un helicóptero hacia una roca inexpugnable en medio del mar para tomar muestras de rocas y convertirse en el primer ser humano que puso un pie en ellas”, concluye Del Valle.
*Esta nota fue producida y escrita por el equipo de redacción de DEFonline.com.ar
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