Mover las manos mientras se habla es un gesto casi universal, pero no es solo un hábito. Según la psicología, estos movimientos son una extensión del pensamiento y una forma de comunicación no verbal profundamente arraigada en nuestra evolución.
El origen evolutivo de los gestos
La psicóloga evolutiva Gillian Forester, de la Universidad de Londres, explica que el vínculo entre el movimiento de las manos y el lenguaje tiene raíces muy antiguas.
Hace unos 500 millones de años, la forma en que nuestros ancestros usaban las manos para manipular objetos influyó en cómo se preparaba la boca para recibirlos.
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