El Servicio Penitenciario de San Juan endureció los controles de ingreso y requisas internas luego de que una investigación federal desarticulara a una organización narco que operaba desde el Penal de Chimbas y que, según trascendió, tendría relación con el dramático caso ocurrido este martes en 25 de Mayo, donde una niña de 7 años murió en un incendio en La Chimbera.
La causa, instruida por el juez federal Leopoldo Rago Gallo a pedido del fiscal Fernando Alcaraz, arrojó un saldo de 11 imputados y cuatro prófugos. Se investiga a la mamá de la menor fallecida, ya que su pareja y padre de la niña está detenido desde diciembre y sería parte de la red narco que movió drogas por unos 590 millones de pesos en un año.
El operativo, llevado adelante por la Policía Federal y la División de Drogas Ilegales, se apoyó en escuchas telefónicas que revelaron que el ingreso de estupefacientes se facilitaba con la ayuda de parejas de internos. En los allanamientos se secuestraron marihuana, cocaína, armas, celulares, balanzas de precisión y hasta una campera del propio Servicio Penitenciario.
Ante este escenario, el director del Penal de Chimbas, Carlos Suárez, aseguró a TELESOL que se reforzaron las medidas de control con escáneres para personas y bolsos, y que las requisas se realizan de manera coordinada con la Policía de la Provincia y la Policía Federal. “Se está trabajando de manera permanente, con controles más estrictos y con un sistema de inteligencia que evalúa cada caso”, afirmó.
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