Ayrton Senna es sinónimo de velocidad, talento y pasión. Su nombre trasciende generaciones y fronteras, pero pocos saben que uno de los capítulos menos conocidos de su historia tuvo lugar en San Juan. Fue en abril de 1979, cuando un joven de apenas 19 años, todavía bajo el nombre Ayrton da Silva, llegó a la provincia para disputar el Campeonato Sudamericano de Karting en el mítico Kartódromo El Zonda.
Ese circuito, enclavado en una quebrada rodeada de montañas, fue el escenario donde el futuro tricampeón mundial de Fórmula 1 empezó a mostrar la magia que años después lo convertiría en mito. Durante tres días, entre el 6 y el 8 de abril, el brasileño deslumbró con su técnica, su concentración y una velocidad que parecía de otra categoría.
Senna marcó la pole position y fue el único que bajó la barrera de los 40 segundos por vuelta, demostrando una precisión quirúrgica al volante. Ganó una de las finales, se subió al podio y terminó subcampeón del certamen, pero más allá de los resultados, dejó una impresión imborrable entre sus rivales y el público sanjuanino.
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