
A medida que se acerca Halloween, las organizaciones protectoras de animales redoblan sus alertas: los gatos negros están en mayor riesgo. Aunque suene a leyenda urbana, la preocupación es real.
Desde mediados de septiembre y especialmente durante octubre, muchas ONGs y refugios restringen o suspenden temporalmente las adopciones de felinos con pelaje oscuro, por temor a que sean utilizados en rituales satánicos, sacrificados o adoptados solo para completar un disfraz y luego abandonados.
La asociación entre los gatos negros y lo sobrenatural tiene raíces históricas profundas. Durante la Edad Media, se creía que estos animales eran brujas reencarnadas o demonios en forma felina, una superstición que aún perdura en algunas culturas.
Hoy, en países como Estados Unidos, donde Halloween se celebra con gran entusiasmo, persiste el temor de que personas inescrupulosas los utilicen como “accesorios” macabros o los sacrifiquen en rituales marginales.
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