
Después de meses de bajo perfil, Sergio Uñac reapareció con la mirada puesta más allá de San Juan. En una entrevista nacional, el exgobernador y actual senador aseguró que “el equilibrio fiscal y la inflación controlada son dos ejes que el peronismo no debería discutir más”, una frase que muchos interpretaron como un primer paso en su discurso presidencial.
Su tono cambió: ya no habla como dirigente provincial, sino como quien intenta instalarse en la conversación nacional. Uñac plantea que el peronismo debe “repensarse y reinventarse”, y que la próxima fórmula presidencial debería tener “un componente del interior”, un mensaje que suena a un guiño a sí mismo.
A los 54 años, el sanjuanino quiere proyectar la imagen de un moderado racional, capaz de representar una tercera vía dentro del justicialismo. Sin embargo, las dudas surgieron rápido: ¿puede quien perdió su provincia frente a su propio espacio político convertirse en la esperanza de un peronismo desorientado?
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