El mapa del supermercadismo argentino está a las puertas de un sacudón histórico. Carrefour, que desembarcó en el país en los años 80, decidió vender su filial local y ya puso en marcha un proceso de selección que despierta fuerte expectativa en el sector.
Con el Deutsche Bank como asesor financiero, la empresa francesa recibió ofertas de los tres jugadores más relevantes del mercado. El primero es Coto, que con el liderazgo de Alfredo y su hijo Germán busca expandir su red de sucursales con el apoyo de consultores de peso y exejecutivos del rubro. El segundo es Francisco de Narváez, actual dueño de ChangoMás, quien ya inició gestiones crediticias para encarar la operación. El tercero es la familia Braun, al frente de La Anónima, que se mantiene en carrera con un perfil más discreto.
En la vereda de los que se bajaron del proceso aparecen el fondo Inverlat (propietario de Havanna), supermercadistas chinos y el empresario Manuel Antelo, que había sondeado el negocio en alianza con Tienda Inglesa.
El atractivo de Carrefour Argentina no es menor: 17 mil empleados, casi 700 locales distribuidos en 22 provincias y un banco propio, además de inmuebles estratégicos que elevan el interés. Sin embargo, la negociación no está exenta de trabas. El contrato prevé que la marca “Carrefour” ya no podrá usarse en el país y que el comprador deberá asumir juicios laborales pendientes, condiciones que podrían modificar el precio final.
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