Iban 38 minutos del segundo tiempo, Estudiantes ganaba 2 a 1 con un gol de Jorge Morel, ya estaba clasificado para los cuartos de final y se aseguraba el primer puesto de la Zona 2. No había nada que perder. Entonces, el futbolista que había marcado el tanto del triunfo forzó que lo amonestaran y desde las tribunas lo ovacionaron.
Morel tenía cuatro amarillas y necesitaba una más para purgar la suspensión en la última fecha y limpiarse para jugar los cuartos de final. Fue a ejecutar un tiro libre en la mitad de la cancha y se quedó congelado. Esperó, esperó y esperó… Hasta que el árbitro Ariel Penel no tuvo más opción que mostrarle la tarjeta.
En el banco, el entrenador, el Ruso Zielinski, ya tenía listo el cambio para que Bautista Kociubinski ingresara en su lugar. Morel vio la amarilla, sonrió y se fue entre aplausos. Y desde las tribunas bajó una ovación…
Enardecidos, los hinchas de Estudiantes entonaron su grito de guerra: “Estudiaaan, Estudiaaan”. Sí, festejaron la amarilla. ¿Hubo trampa? No. ¿Es reprochable? Tal vez. Lo cierto es que el jugador del Pincharrata podrá estar en los cuartos de final sin problemas. En la última fecha, Estudiantes -visita a Rosario Central- no tiene nada por qué jugar, más allá de los tres puntos para el promedio y el honor. Pero la clasificación y el primer puesto los tiene en el bolsillo, entonces Zielinski podrá jugar con un equipo alternativo mientras sigue firme en la Copa de la Liga y en la Copa Libertadores.