Karen Ayelén Fernández tiene 23 años y un corazón enorme. “Yo también vengo de cuna humilde”, dice. Y cuenta la decisión que tomó: “Hoy (por el miércoles) estuve despierta hasta las seis de la mañana. Estaba con insomnio, pensando en toda esta situación que dejó el terremoto y decidí ofrecer la casa que tengo en el fondo“.
Más tarde tomó el celular para colocar un estado de WhatsApp y hacer un posteo en Facebook: “Si hay alguien que no tiene dónde dormir, en mi casa tengo lugar”.
Esa publicación empezó a viralizarse y la llamaron desde Pocito, uno de los departamentos más afectados por el movimiento telúrico del lunes a las 23:46. Karen vive en La Bebida, Rivadavia, tiene una beba de 2 años (Francesca) y le impactó una foto que vio de un niño durmiendo en un colchón a la intemperie.
“Tengo una casita en el fondo, que es de block y que antes se la prestaba a un hermano”, explica la joven que junto a su pareja, César Ormeño (33), tiene en su vivienda un local de venta de comidas para llevar, que abre los fines de semana y al que le pusieron el mismo nombre que su hija. Ormeño es albañil y ella quiere estudiar Profesorado de Educación Especial.
“Una pareja con dos niños pueden estar bien en la casa”
Fernández cuenta que a la casa que ofrece le robaron el juego de sanitarios, pero que junto a su pareja la acondicionarán para que pueda habitarla alguna familia que haya perdido su vivienda por el sismo. “No es mucho, pero sé que en este momento hay gente a la que le hace falta. Mi plan era alquilarla, pero por el terremoto decidí prestarla”, dice.
“Hay mucha gente que se ha quedado sin nada. Tengo dos hermanos en el asentamiento Evita, en donde se derrumbaron un montón de casas, pero ellos tienen dónde quedarse”, asegura.
“La publicación fue muy compartida. Hablé con algunos chicos que me llamaron y quedamos en que me iban a avisar si venían a vivir acá”. Fernández cuenta que la casa tiene una habitación grande, que se puede dividir con muebles, y la pieza del baño. “Una pareja con dos niños pueden estar bien ahí”, aclara.
La chica dice que después del terremoto pensó mucho en cómo ayudar a quienes se quedaron sin nada y que “sin dudarlo” decidió prestar la casa. “Mi pareja no sabe nada de esto. Cuando llegue de trabajar le voy a decir. Pero él sabe cómo soy, porque siempre le salgo con estas sorpresas”, se ríe Karen. “Los que me conocen saben cómo soy. Si puedo ayudar lo hago”.
Para contactarse con Karen Fernández: 2644980756.