Bajo el manto de la fe, escondía una maquinaria de horror. Daniel Ponce, pastor evangélico detenido anoche en el conurbano bonaerense, construyó meticulosamente su doble vida: mientras predicaba en iglesias de todo el país, seleccionaba víctimas entre adolescentes que luego llevaba a supuestas “giras espirituales”.
Lo que comenzaba como un viaje para “fortalecer la fe” terminaba en habitaciones de hotel donde, según las denuncias, los abusos se presentaban como rituales sagrados.
La Fiscalía de Moreno logró unificar casos de al menos cinco provincias donde Ponce operaba con el mismo modus operandi. “Les decía que el contacto físico era un canal para conectarse con Dios”, relató una madre cuya hija de 15 años fue víctima en Córdoba.
La organización Madres Víctimas de Trata, que impulsó la investigación, estima que podría haber decenas de afectados considerando sus constantes viajes entre Chaco, Salta, Mendoza y Buenos Aires.
« — Para ver la nota completa, ingrese a la url de la nota — »