Cristian Graf tenía 16 años cuando su compañero del ENET N°36 desapareció en julio de 1984. Hoy, a los 57, es el centro de una investigación por el hallazgo macabro en su propia casa: el esqueleto de Diego Fernández Lima -apuñalado y semidescuartizado- enterrado a 60 cm de profundidad en el jardín de su infancia.
Las piezas que unen a Graf con el crimen:
– Conexión física: La casa de su familia fue el escenario del hallazgo
– Vínculo personal: Compartían aula, pasión por las motos y vivían a 10 cuadras
– Declaraciones sospechosas: Alegó que los restos podrían ser “de una iglesia” o “tierra traída de otro lado”
– Silencio actual: Borró sus redes sociales y mantiene la vivienda clausurada
El capataz de la obra que descubrió los restos desmintió las explicaciones de Graf: “Nadie transporta un cuerpo entero en un camión de tierra”.
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