Los trapos de cocina son herramientas indispensables en cualquier hogar, pero su uso frecuente los convierte en focos de humedad, grasa y restos de comida, condiciones ideales para el desarrollo de bacterias y moho que generan malos olores persistentes.
Frente a este problema cotidiano, una solución casera y accesible combina ingredientes comunes del hogar: vinagre blanco, bicarbonato de sodio y exposición al sol.
El método consiste en preparar un recipiente con agua caliente y agregar media taza de vinagre blanco. Los trapos deben sumergirse durante 15 minutos para iniciar la descomposición de grasas y la eliminación de microorganismos.
Luego, se incorporan dos cucharadas de bicarbonato de sodio directamente al agua, potenciando el efecto desinfectante y desodorizante. Se recomienda mantener el remojo durante al menos 30 minutos adicionales, extendiendo el tiempo hasta una hora en casos de olores intensos.
« — Para ver la nota completa, ingrese a la url de la nota — »