Azucena Díaz, referente histórica de las Madres de Plaza de Mayo, falleció este domingo, dejando un legado de lucha y compromiso por los derechos humanos en Argentina.
Su vida estuvo marcada por la búsqueda incansable de su hijo Manuel Taján, desaparecido durante la última dictadura militar, y por su firme defensa de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Nacida en Tucumán y radicada en La Matanza, Azucena se convirtió en un símbolo de resistencia y dignidad tras la desaparición de Manuel el 24 de marzo de 1976. Desde entonces, participó activamente en las marchas semanales de los jueves en Plaza de Mayo y se consolidó como un pilar en la lucha por los 30.000 desaparecidos.
En 2024, la Comisión de Derechos Humanos del Senado bonaerense la reconoció como “Personalidad Destacada de los Derechos Humanos”, un homenaje a su trayectoria y a su dedicación incansable. Organizaciones como H.I.J.O.S. Capital la despidieron con mensajes de afecto y respeto, recordando su compromiso inquebrantable con la justicia y los derechos humanos.
Azucena Díaz deja una huella imborrable para las nuevas generaciones de activistas, que continuarán su lucha por mantener viva la memoria y garantizar la justicia en el país.