Fue un descuido, durante una fría noche a mediados de julio. La puerta de la casa de Juan Carlos López quedó entreabierta y Chicha, su perrita de 11 años, aprovechó la oportunidad para ganar la calle.
Una hora después, los dueños de Chicha se dieron cuenta de su ausencia y de que la puerta que da a la calle estaba abierta.
“Fue un descuido”, dijo López a este diario. Desde esa noche, el paradero de Chicha es un misterio.
Y debido a su desaparición todavía sigue vigente una recompensa de 100.000 pesos que ofrece su familia por cualquier dato que lleve a su recuperación.
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