Entre la necesidad de llegar al voto joven y la tentación de mostrarse “modernos”, algunos políticos se pierden en el algoritmo. Las redes sociales pueden acercar, pero también desnudar lo que la política no logra sostener con contenido.
En San Juan —como en todo el país— la política está buscando nuevos escenarios. Ya no alcanza con el acto, la caminata o la foto en la feria: ahora el voto se disputa en la pantalla del celular. En tiempos donde el electorado joven vive en TikTok, Instagram o Twitch, los políticos buscan hablar su mismo idioma.
El problema aparece cuando el intento por ser “cercano” se convierte en una caricatura de sí mismo. Bailecitos improvisados, entrevistas con influencers sin rumbo, o reels donde lo importante no es el mensaje, sino el disfraz.
En los últimos meses vimos ejemplos locales y nacionales de candidatos que, en su afán por mostrarse espontáneos, terminaron rozando lo ridículo. Desde políticos que hacen challenges en TikTok hasta otros que se filman en el gimnasio, cocinando o imitando modas que no comprenden.
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