
Desde que nació debió librar sus batallas. Lo hizo antes de tiempo y por eso algunos sentidos se apagaron, quedaron en silencio y Jenifer María Aguilera creció sabiendo que su vida no sería tan simple o mas bien sería distinta a la de los demás.
Los años fueron pasando y sus primeras batallas fueron complicadas, luchar contra el bullying era como subirse a un ring y pelear con 10 contrincantes a la vez.
Perdió muchas veces, lloró pero no se rindió y cuando su ciclo primario estaba terminando encontró el camino que buscaba.
Con 11 años conoció al profesor Roberto Pereyra de Mapuche Five Club y allí María como la conocen todos inició un camino de integración que le da vida cada día.
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