
La resolución 3725/2025 del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) que redefine sus funciones y elimina instancias de control en etapas iniciales e intermedias de producción generó diversas reacciones en el sector.
Gustavo Samper, vicepresidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) y titular de la Cámara Vitivinícola de San Juan, describió la medida como “un paso hacia la modernización institucional”, pero con “aspectos sensibles que deben revisarse para no perder trazabilidad ni control de calidad”.
Samper explicó que esta resolución reemplaza de manera interna el espíritu del DNU que el Gobierno nacional emitió para desregular organismos, incluido el INV, el cual luego fue dejado sin efecto por el Congreso. Así, el Instituto decidió avanzar con una reglamentación interna que se autoimpone la descentralización y desregulación.
Para el dirigente, el objetivo es “eliminar trabas burocráticas que ya no tenían sentido y que demoraban procesos productivos”, adaptando un sistema antiguo a las dinámicas actuales de la industria.
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