
El término “amnesia digital” describe la tendencia de olvidar datos que se confían a dispositivos digitales (como celulares, computadoras, servicios en la nube) en lugar de retenerlos internamente. Es olvidar números de teléfono, fechas, hechos, incluso conocimientos que ya no se almacenan activamente en la memoria porque “se sabe que se puede consultar”.
Este abandono de la memoria interna no significa trastorno clínico en la mayoría de los casos, pero sí plantea preguntas sobre cómo cambia la cognición humana cuando se externaliza muchas funciones mentales. En ese sentido, hay una relación con lo que se denomina “efecto Google”: la tendencia a no memorizar algo si sabemos que se puede buscar fácilmente en internet.
Una de las causas principales es la confianza de que la información estará siempre disponible y en cualquier momento en nuestros dispositivos digitales, o por medio de internet. Por esta razón, si se sabe que se puede mirar en Google, en la agenda o en fotos en la nube, da una sensación de menor obligatoriedad para memorizar. Esto reduce el motivo psicológico para retener algo.
Se trata de delegar funciones de la mente hacia artefactos externos. Históricamente, los humanos ya hacían esto: notas, libros, pizarrones o agendas. Pero ahora, esta delegación es intensa, cotidiana y casi automática, gracias a los celulares inteligentes y el internet. Eso hace que la memoria interna practique menos, y por lo tanto, puede atrofiarse en algunos aspectos.
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