La filtración de audios vinculados a Karina Milei desató una fuerte controversia política y mediática. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, calificó el episodio como una maniobra de inteligencia ilegal y acusó a los responsables de integrar una “mafia” con fines desestabilizadores.
En declaraciones radiales, la funcionaria sostuvo que la difusión sistemática de las grabaciones no puede considerarse periodismo. “Cuando alguien decide pasar un audio durante dos meses seguidos, está siendo parte de un intento de desestabilización”, afirmó. Además, vinculó el hecho con otros ataques que, según ella, buscan afectar al Gobierno: “Así como hubo ataques con piedras, ahora hay ataques con audios”.
Las palabras de Bullrich encontraron una inmediata réplica en Jorge Rial, uno de los periodistas que difundió el material. Desde sus redes sociales, acusó al oficialismo de avanzar contra la libertad de expresión y advirtió que las filtraciones no son parte de una conspiración externa, sino el resultado de las internas dentro de la propia gestión.
“El gobierno intenta silenciar al periodismo porque mostramos cómo se maneja el dinero público. Eso nos hace peligrosos para quienes no creen en la democracia”, lanzó Rial, profundizando la disputa que promete seguir sumando capítulos.