MADRID, 24 (CHANCE) La crisis sanitaria de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la influencia que tiene el ser humano sobre su entorno y cómo su actividad vital afecta de manera directa a la calidad y bienestar del mismo. En este sentido, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se estima que las emisiones de COpodrían haber descendido alrededor de un 7% en el año 2020 en comparación con los índices del 2019 a causa, precisamente, del parón general que supuso la pandemia.
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MADRID, 24 (CHANCE)
La crisis sanitaria de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la influencia que tiene el ser humano sobre su entorno y cómo su actividad vital afecta de manera directa a la calidad y bienestar del mismo. En este sentido, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se estima que las emisiones de COpodrían haber descendido alrededor de un 7% en el año 2020 en comparación con los índices del 2019 a causa, precisamente, del parón general que supuso la pandemia.
A pesar de este ligero descenso puntual, no se considera suficiente para permitir cumplir con la reducción de emisiones CO y gases de efecto invernadero establecido por los principales países del mundo en la cumbre de Paris en 2015.
“La contaminación tiene un efecto directo sobre la salud de las personas. Tal como ha demostrado la evidencia científica las pequeñas partículas de contaminación entran en nuestros cuerpos y empeoran enfermedades de tipo cardiovascular y respiratorio provocando ataques, que frecuentemente son mortales. Por eso, todos – incluyendo las compañías – tenemos la responsabilidad de actuar contra el cambio climático reduciendo nuestras emisiones, potenciando las energías renovables y construyendo un planeta más sostenible y saludable”, explica Catherine Cummings, directora de RSC de Sanitas.
Sanitas mantiene una estrategia muy enfocada en la reducción de las emisiones resultantes de su actividad, así como de la de sus clientes. En los últimos 10 años ha reducido la huella de CO en más de un 70% gracias, entre otras medidas, al empleo de la electricidad procedente de fuentes de origen renovable.
Con el objetivo de generar conciencia en materia de sostenibilidad y, con motivo del Día Internacional de la Tierra, Sanitas ha elaborado un listado de conceptos imprescindibles a tener en cuenta cuando se habla de esta materia:
Acuerdo de París: es un acuerdo internacional dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que establece medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Su objetivo principal es mantener el aumento de la temperatura global promedio por debajo de los 2 °C y trabajar para limitar el aumento a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, reduciendo así los riesgos y efectos del cambio climático. Sanitas invierte en energía solar fotovoltaica y genera cerca de 1GWh a través de los paneles instalados en sus residencias lo que permite reducir sus emisiones año a año.
Efecto invernadero: es un proceso por el cual la radiación térmica emitida por la superficie del planeta es absorbida por los gases de efecto invernadero (GEI) de la atmósfera e irradiada en todas direcciones. Es decir, la radiación solar natural, cuando rebota sobre la superficie terrestre se queda atrapada en la Tierra por la mencionada barrera de los GEI, que forman una capa que no permite que el calor se marche. Es responsable del deshielo de los polos, la desertización y el aumento de temperaturas.
Ciudad inteligente: es un concepto emergente que proviene de ‘SmartCity’ y se refiere a un tipo de desarrollo urbano basado en el uso eficiente de recursos gracias a la tecnología y que aspira a crear una ciudad con infraestructuras que garanticen: un desarrollo sostenible, una mayor eficacia de los recursos disponibles y un incremento de la calidad de vida de los ciudadanos. A este respecto, proyectos como el que lidera Sanitas, Healthy Cities, fomentan la creación de entornos más sostenibles, así como la regeneración de espacios verdes urbanos.
Movilidad sostenible: se refiere a aquellos medios de transporte que tienen como objetivo orientar los desplazamientos hacia medios más eficientes que garanticen la calidad de vida de los ciudadanos y la consecución de los objetivos climáticos. Como ejemplo, las bicicletas clásicas o eléctricas, los vehículos eléctricos o transporte público, que reducen las emisiones perjudiciales para la salud de óxidos de nitrógeno, material particulado (PM10 y PM2,5), óxidos de azufre, monóxido de carbono y metales pesados.
Eficiencia energética: consiste en el uso eficiente de la energía con el objetivo de reducir la cantidad energía requerida para nuestro día a día. En este sentido, mejorar el aislamiento en viviendas ayuda a reducir el consumo de calefacción y refrigeración. Otra acción que se puede llevar a cabo es la instalación de iluminación LED en vez de las bombillas incandescentes y optar por electrodomésticos con certificado A.
tradicionales. Sanitas invierte en torno a 2 millones de euros anuales en eficiencia energética