El voraz incendio que arrasó con al menos cinco viviendas en el asentamiento San Cayetano, en Alto de Sierra, dejó a varias familias sin techo ni pertenencias. Tras la desesperación del miércoles al mediodía, ahora la comunidad se moviliza para tenderles una mano y reunir lo indispensable para que puedan recomenzar.
Bomberos, Protección Civil y personal municipal trabajaron intensamente para frenar las llamas que se propagaron con rapidez por el viento. Aunque no se registraron víctimas fatales, una persona sufrió quemaduras leves y otros vecinos presentaron síntomas de intoxicación por el humo. Las casas de construcción precaria quedaron reducidas a cenizas en cuestión de minutos, y quienes allí vivían solo pudieron escapar con lo puesto.
“Nos hemos quedado sin nada. Perdimos colchones, ropa, muebles, todo. Lo único que nos queda es volver a empezar”, relató entre lágrimas Saúl Lucero, uno de los damnificados, que ahora debe alojarse junto a su esposa y cuatro hijos en la vivienda de un familiar.
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