Frente a la inminente llegada de la tormenta de Santa Rosa -fenómeno que tradicionalmente trae las lluvias más intensas del año entre el 28 de agosto y el 4 de septiembre-, muchas comunidades reviven una tradición centenaria: la oración a Santa Clara de Asís para “calmar las aguas”.
La plegaria completa
“Oh Santa Clara, tú que eres Santa Madre, llena de caridad y bondad, te pido escuches mis súplicas desesperadas. Vengo a ti aceptando tu santo poder, reafirmando mi devoción. Te pido que hoy me concedas el milagro de que no llueva, que las aguas benditas del Señor cesen su caída”.
El origen se remonta al siglo XVII en Lima, cuando según la tradición, Santa Rosa de Lima (Isabel Flores de Oliva) habría evitado el desembarco de piratas holandeses mediante una tormenta milagrosa. Desde entonces, en Argentina, Paraguay y Uruguay se asocia su festividad (30 de agosto) con precipitaciones excepcionales.
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