Boca ya ganaba 1 a 0 y Atlético Tucumán metía pierna fuerte buscando imponer condiciones y recuperar la pelota para encontrar la igualdad. Iban 20 minutos del primer tiempo y el local buscó la proyección de Ramiro Carrera por la izquierda del ataque.
Allí fue el mediocampista, proyectado en velocidad ante un Luis Advíncula que intentaba recuperarse y alcanzarlo. Llegó primero el peruano, barriéndose para puntear la pelota al córner, y entonces el golpazo.
El hombre del Decano, que también había ido al piso buscando llegar a la bola, quedó casi perpendicular al cuerpo del moreno, que pasó por debajo de sus piernas. Y en el afán por incorporarse, Carrera le bajó un brutal tacazo en la cara a Advíncula, que quedó tendido tomándose el rostro.
Más allá de la intención, que pudo no existir, la jugada fue de una temeridad importante y el volante de los tucumanos pecó de imprudente. El impacto podría haber ameritado una expulsión y poco se hubiese podido discutir, pero para el árbitro, Hernán Mastrángelo, ni siquiera fue infracción (por lo que tampoco, claro, hubo amonestación o algo por el estilo).
El juez directamente ordenó que Atlético ejecutara el córner, ya que el peruano había sido el último en tocar la pelota. Poco lograron con sus reclamos airados Agustín Rossi y Carlos Izquierdoz, al margen de que el propio Carrera ya desde el piso pidió disculpas por el golpe que le dio a su rival.