Todos conocemos a alguien que habla fuerte todo el tiemp0, incluso en ambientes tranquilos, sin estar enojado ni necesitar imponerse.
Su voz se sobrepone al resto, genera incomodidad y, a veces, conflictos. Pero más allá de lo que parece ser un simple mal hábito, la psicología y la ciencia revelan que hablar alto es una señal profunda de patrones emocionales arraigados.
El origen emocional del volumen alto
Según estudios de la Universidad Autónoma de Madrid y del **Instituto de Investigación en Psicología Aplicada de México**, muchas personas que hablan fuerte lo hacen como un **mecanismo de supervivencia emocional** desarrollado en la infancia.
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