La inversión en equipamiento técnico y logístico para la Secretaría de Gestión Ambiental y Control Minero de San Juan va más allá de una mejora operativa: representa un avance estratégico para fortalecer el control ambiental de la actividad minera en la provincia, en un contexto de crecimiento del sector.
Con la adquisición de cinco camionetas cero kilómetro y un laboratorio móvil de última generación, la Secretaría amplía su capacidad de fiscalización en todo el territorio provincial. Esta inversión, que supera los 200 millones de pesos, permite cubrir mayores áreas geográficas, mejorar la calidad técnica de los controles y brindar mayor seguridad a los inspectores que trabajan en zonas de difícil acceso.
El laboratorio móvil, gestionado por el CIPCAMI (Centro de Investigación para la Prevención de la Contaminación Ambiental Minero Industrial), está equipado para realizar monitoreos de calidad de agua, suelo y aire directamente en terreno. Su autonomía de hasta 1.000 kilómetros sin recarga facilita el trabajo en zonas cordilleranas remotas, donde no hay puntos de abastecimiento. Además, posibilita medir parámetros de campo, hacer primeros análisis de muestras y calibrar instrumentos in situ, superando las limitaciones logísticas que enfrentaban los equipos técnicos. El laboratorio fue instalado en una camioneta especialmente adaptada con equipamiento del CIPCAMI.
Estos recursos están destinados a fiscalizar todas las áreas mineras de la provincia, sin importar su ubicación, y abarcan proyectos en prospección, exploración y explotación. Esta expansión responde a una política de Estado que considera a la minería como un pilar estratégico del desarrollo provincial, tal como ha señalado el gobernador Marcelo Orrego desde el inicio de su gestión.
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