La mendocina Julieta Silva, conocida por el crimen de su novio Genaro Fortunato en 2017 en San Rafael, volvió a estar en el centro del escándalo judicial.
Este jueves fue imputada por lesiones leves tras ser denunciada por su actual esposo, Lucas Giménez, quien afirmó haber sido agredido físicamente durante una discusión en su vivienda.
La denuncia se realizó el miércoles y, tras la intervención de la Policía, se constató que Giménez presentaba escoriaciones e hinchazón compatibles con golpes.
Por este motivo, la Justicia dispuso la prisión domiciliaria para Silva, quien actualmente tiene un hijo de un año con su denunciante, informó Diario Uno. Además, se le colocó una tobillera electrónica como medida de control.
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