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Alberto Fernández arribó a New York para hablar en Naciones Unidas, negociar con Georgieva y tratar la crisis global junto a Macron y Sánchez

Alberto Fernández viajó a Nueva York, donde participará de la Asamblea de la ONU
Alberto Fernández viajó a Nueva York, donde participará de la Asamblea de la ONU

(Enviado especial) Alberto Fernández aprovechó las once horas de vuelo desde Buenos Aires a Manhattan para revisar el último borrador del discurso que pronunciará en Naciones Unidas y planificar los encuentros que mantendrá con Kristalina Georgieva, Emmanuel Macron y Pedro Sánchez.

El Presidente está preocupado con la situación global causada por los efectos sociales y económicos de la pandemia del COVID-19 y la guerra ilegal que Rusia libra en Ucrania, y su discurso de 15 minutos en la ONU abordará esta problemática internacional que atraviesa continentes, etnias y religiones.

Alberto Fernández observa que la ruptura de la seguridad alimentaria –por el conflicto que enfrenta a Moscú con Kiev- y la caída de la provisión de gas alrededor del planeta alienta a los movimientos políticos de derecha que seducen con un discurso simple a inmensas mayorías que han perdido su horizonte personal. “La derecha pesca en España, Italia y Francia, y empuja situaciones de violencia como vimos en Argentina, Brasil y Japón”, alertó Alberto Fernández cuando el avión de Aerolíneas volaba de noche sobre América Latina.

El jefe de Estado viajó a New York junto a una reducida comitiva que integran la primera dama, Fabiola Yañez, el canciller Santiago Cafiero, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, y la portavoz, Gabriela Cerruti. Alberto Fernández y su delegación oficial se alojarán en Park Hyatt, un hotel cinco estrellas ubicado a metros de Central Park.

Cuando el presidente aterrizó en el aeropuerto internacional John Fitzgerald Kennedy (JFK) lo aguardaban el ministro de Educación, Jaime Perczyk, el embajador argentino ante la Casa Blanca, Jorge Argüello, y la embajadora en la UNESCO, Marcela Losardo.

En ese momento de la mañana, cerca de las 8:30 AM hora de New York (9:30 de Buenos Aires) la temperatura ya estaba cercana a los 20 grados. Demasiado calor pegajoso para una ciudad icónica que en 72 horas recibe al otoño.

Además de preparar su discurso en la ONU, Alberto Fernández dialogó con Cafiero sobre su próximo encuentro con Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional. El jefe de Estado planteó en el G20 de Roma, en el G7 de Hamburgo y en todas las reuniones que mantuvo con Georgieva que era indispensable reducir las sobretasas e incrementar los desembolsos de los Derechos Especiales de Giro (DEG´s) destinados a las naciones en dificultades.

Argentina está en el peor de los escenarios. Paga sobretasas por el crédito Stand-By de 53.000 millones de dólares que tomó Mauricio Macri y es excluida por el FMI cuando se discuten fondos extras para países que sufren constantes crisis económicas, hambrunas y catástrofes naturales. El Jefe de Estado insistirá frente a Georgieva con la reducción de las sobretasas, la rápida creación de un fondo de resiliencia vinculado al cambio climático y la necesidad de acelerar la ayuda extra que prepara el FMI para los países que fueron impactados por la hecatombe alimentaria y energética.

Alberto Fernández y la directora gerente del FMI se reunirán cerca del mediodía del lunes en el consulado argentino en New York, a escasa distancia de la Catedral de Saint Patrick. Georgieva sabe qué planteará el presidente –además de agradecer su predisposición para enderezar la situación financiera legada por Macri-, pero poco puede hacer por voluntad propia.

El FMI es un organismo multilateral manejado por Estados Unidos, Japón, Alemania y Francia. Y si estos países del G7 no empujan las propuestas que llegan desde la periferia mundial, ni un solo DEG será remitido a los países pobres y de renta media que están en dificultades por la guerra en Europa.

Un día mas tarde de su cónclave con Georgieva, Alberto Fernández almorzará con Sánchez y cenará con Macron. El martes 20, Sánchez organizó una comida para discutir la seguridad alimentaria, mientras que horas después el jefe de Estado y Macron compartirán una cena para tratar la situación mundial de la energía. Alberto Fernández, Sánchez y Macron tienen idéntica perspectiva sobre la agenda internacional y su extrema dependencia de los alimentos y la energía. Los tres jefes de Estado consideran que la inestabilidad económica coloca en jaque al sistema democrático y facilita los movimientos de derecha que avanzan en España, Italia, Suiza y Francia.

Custodiado y a toda velocidad, el Presidente viajó en caravana desde el aeropuerto JFK a su hotel en las cercanías de Central Park. Se quedará en New York hasta el miércoles a la madrugada y luego volará a Houston para concluir su segundo viaje a Estados Unidos en un año. Por ahora.

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Redacción Telesol Noticias
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