El mediocampista danés Christian Eriksen, compañero del argentino Lautaro Martínez en el Inter, fue protagonista de un hecho dramático en la Eurocopa, en el partido entre Dinamarca y Finlandia, por la primera fecha del Grupo B. Se jugaban 42 minutos del primer tiempo cuando el futbolista de 29 años se desmayó, comenzó a sufrir convulsiones y tuvo que ser reanimado con maniobras de RCP. “Los médicos le salvaron la vida y por eso rescato la celeridad con que se lo trató. Porque cada segundo que se pierde es tiempo que lo acerca a la muerte. Aunque lo cronometré y el primer masaje fue al minuto y 55 segundos. No fue tan rápido como debía haber sido. Y ahora se verá cuál fue la causa por la que llegó al paro cardíaco. Un puntito en contra se llevan los jugadores ni el árbitro quienes no sabían qué hacer“, dice Roberto Peidro.el director del Instituto de Ciencias del Deporte de la Universidad Favaloro y presidente de la Asociación Argentina de Cardiología del ejercicio del deporte.
“Con sorpresa vemos que un jugador profesional como Eriksen, realizando previamente un trote, es decir en pleno ejercicio, perdió el conocimiento y cayó desplomado en la cancha. Lo primero que hay que pensar es que sufrió un síncope, porque es lo más grave. Una pérdida de conocimiento de origen cardíaco. Porque para que se produzca una caída brusca es porque perdió el tono muscular. Eso ocurre porque va menos sangre a la cabeza. Y puede pasar por muchísimas circunstancias, pero esto fue gravísimo porque llegó a tener un paro cardíaco o una fibrilación ventricular, que es la arritmia, y que es cuando el corazón no puede contraerse porque late a 600, 700 pulsaciones por minuto”, diagnostica Peidro a pedido de Clarín.
“Solamente se puede salir de eso con el uso de un cardiodesfibrilador, que le da un shock eléctrico y vuelve a cero toda la electricidad del corazón para que arranque por sus propios medios”, continúa describiendo el cardiólogo, quien fue arquero en varios equipos del Ascenso y reconocido en 1977 como el jugador más correcto de la Primera B.
Roberto Peidro, cardiólogo. Fue el Director Médico de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018. (Foto: Universidad Favaloro.
“Los médicos entran para tomarle el pulso, que es un hecho clave. Si tiene pulso es porque está latiendo el corazón. Si no hay pulso y ven que no está respirando se hacen las maniobras de reanimación cardio pulmonar (RCP) y se conecta el desfibrilador externo automático, que si constata que hay una arritmia, automáticamente le da un shock eléctrico para salir del paro. Eso es lo que vimos por televisión….”, asevera el profesional nacido en Lanús y atajó en El Porvenir y Deportivo Morón, entre otros equipos.
“Lo que hay que rescatar de esto es la importancia de tener un desfibrilador y de gente que sepa hacer maniobras de RCP. Incluso, deberían saber hacerlo todos los jugadores y el árbitro. Nosotros habíamos hecho cursos para los árbitros internacionales en el predio de Ezeiza porque el referí es el que más cerca está e -incluso- llega antes que los médicos. En este caso no sabían como actuar, ni los jugadores ni el juez”, apunta con precisión.
“Por suerte, las informaciones que llegan es que Eriksen se ha recuperado. Por eso, resumiendo, acá tenemos que sufrió un síncope, muy probablemente por un paro cardíaco. Que , a pesar de todo, hubo un accionar muy rápido de los profesionales que estaban dentro del campo de juego, pero -repito esto- no de los futbolistas ni el árbitro, que simplemente llaman, pero no actúan. Y eso es un puntito en contra para la organización del torneo”, reitera Peidro.
“En la Argentina, la mayoria de los clubes de Primera División tienen un desfibrilador. Incluso la AFA les entregó uno también a los equipos de la B y de la C. Pero afiliados a AFA hay más o menos 4.000 clubes y no todos tienen un desfibrilador. En las competencias internacionales, en nuestro país, debe haber un ambulancia que tiene que estar equipada con uno. Y, además, tiene que haber un circuito de traslado: el ambulanciero debe saber por donde ir, por donde salir y adonde tiene que llevar al jugador con la mayor celeridad posible. En el futbol argentino hay profesionales muy capacitados. No es qué acá es un desastre y allá son muy buenos”, subraya finalmente el profesional que mientras jugaba al fútbol estudió y se recibió de médico cardiólogo. Y una vez, en 1981, cuando era arquero de Deportivo Morón, asistió a un espectador que había sufrido un infarto en pleno partido…
JCH.