Reencuentros con ex compañeros. Un gol bien anulado por offside. Algunas chances desperdiciadas, dignas para el famoso “para qué te traje”. Un lesionado. Un grito tempranero en el segundo tiempo. Dos penales no cobrados. En una verdadera batalla que tuvo de todo, Atlético Tucumán venció 2-1 a Godoy Cruz en Mendoza, le sacó el invicto, sumó tres puntos y también confianza para ilusionarse con pelear la Liga Profesional.
El Decano no lo respetó desde el comienzo al Tomba y no sintió que era visitante. Muy poco le importó que su rival venía de ganarle a Rosario Central y Defensa y Justicia, por lo que llegaba con puntaje ideal. Le sacó la sonrisa que llevaba tras el par de triunfos. La prueba está en que Sebastián Méndez deberá tomarse un té con miel al llegar a su casa después de gritarle a los suyos durante todo el encuentro.
Los dirigidos por Omar De Felippe dominaron los primeros minutos mediante una presión alta que incomodó al local, y un buen manejo de la pelota. Después, en un duelo de ida y vuelta, con muchas faltas y pelotas detenidas, Atlético fue el equipo que tuvo las situaciones más claras: un remate de Ciro Rius que fue a la red pero que no valió porque estaba adelantado y tres tiros de Leonardo Heredia, uno que le dio mordido abajo del arco, otro que fue cerrado por Guillermo Ortíz (ex Atlético) en el punto del penal, y el restante que Juan Espínola atajó en dos tiempos. Ojo, también en el local Cristian Colman solo le erró al arco con su cabezazo frente a Lucchetti.
Ya en el complemento, jugado mucho más por abajo que por arriba, los tucumanos fueron los que estuvieron más finos en los últimos metros en un partido sin tanta precisión. Con Ramiro Carrera y Guillermo Acosta creando juego y la presencia de los puntas Heredia y Augusto Lotti, el Decano pisó fuerte y logró festejar en el Gambarte. Carrera, la carta del gol que marcó en las tres fechas, metió el 1-0 en los primeros segundos. Ahí, Godoy Cruz fue a la carga por la igualdad y dejó muchos espacios atrás. El Decano los ocupó y estuvo muy cerca de ampliar la diferencia, pero perdonó y el Tomba se lo empató.
Se cumplió el viejo refrán futbolero: gol que no se hace un arco, se hace en el otro. Matías Ramírez, quien entró nueve minutos antes, marcó con un testazo. Sin merecerlo, el local se puso en partido y se podía pensar, más que nada por los antecedentes ante el Canalla y el Halcón que podría volver a dar vuelta un marcador. Pero esta vez no fue así. Enseguida, tres minutos después, Acosta puso el 2-1 final, resultado que tranquilamente pudo haber sido más abultado.
En las polémicas, Néstor Pitana, omitió un penal para cada lado. Uno a Lotti y otro a Ramírez. El Gallego se volvió a cruzar con Lucchetti, con quien fue campeón del Torneo Apertura 2009 en Banfield como jugador. Hubo una pequeña charla y sonrisas al saludarse. Finalmente, el arquero fue quien terminó contento en la provincia del vino.
Con este triunfo, Atlético sorprendió a Godoy Cruz y le sacó la posibilidad de seguir puntero en la carrera del torneo local. Y está bien. Porque el conjunto de De Felippe fue el mejor de la cancha. Tanto en tierra como en el aire le ganó a su rival.