En su página oficial, la ATP destaca a Rafael Nadal, Juan Martín del Potro, Jo-Wilfried Tsonga, Novak Djokovic, Roger Federer, Marin Cilic, Dominic Thiem, Grigor Dimitrov, Andy Murray, Kevin Anderson, Lleyton Hewitt, Alexander Zverev, Stan Wawrinka, Tomas Berdych y Kei Nishikori. A todos ellos los unen, al menos, dos situaciones comunes:los 15 fueron -o son- top ten y los 15, alguna vez, obtuvieron uno -o varios- challengers. En la producción, los 15 aparecen con una foto levantando su primer trofeo en torneos de esa categoría y recuerdan aquel momento como uno de los más importantes de sus carreras. Y vuelven a coincidir en que esos títulos les marcan un mojón relevante.
Sebastián Báez tiene 20 años, empezó la temporada en el 308° puesto del ranking mundial y a un puñado de semanas de terminar el 2021 tenístico está a sólo 12 pasos de ser top 100. Eso lo hizo ganando no sólo uno sino cinco challengers. Levantó los brazos en Concepción, Santiago (dos veces), Zagreb y Buenos Aires, el domingo, cerrando otra semana inolvidable en el club Racket en la que su jerarquía, su talento y su confianza lo llevaron a imponerse en la final frente al duro brasileño Thiago Monteiro cediendo apenas cuatro games.
Hay un aspecto que identificó a Báez desde chico: su altura. Desde su 1,70 metros que hoy mide, esa condición en un deporte que cada vez se puebla más de gigantes fue un condicionante muy importante. Así se hizo un chico que basó su carrera de junior en su defensa y en su entrega, en correr y en meter. Pero desde hace unos cuatro años comenzó a desarrollar un tenis diferente en la medida en que, de a poco, logró entender mejor el juego. En ese lapso fue obteniendo herramientas que le dieron mayores posibilidades técnicas para no depender sólo de un argumento para ganar partidos. Entonces aprendió a jugar con más slice, a tirar drops, a cortar diagonales. Y a partir de ahí todo se le hizo más sencillo. Así mejoró su saque, su drive, su revés y su juego en la red. Y se convirtió en un tenista más completo.
Sebastián Báez, campeón del Challenger de Buenos Aires. Foto Prensa Challenger de Buenos Aires
Saben Báez y su equipo de trabajo liderado por Sebastián Gutiérrez que el camino es muy largo y que no deberán perder el equilibrio para dar el siguiente paso que, seguramente, será el más complicado de una carrera que recién comienza: mantenerse en la elite de los 100 mejores jugadores del mundo. Ese es el desafío. Uno más en una vida deportiva abierta a todas las expectativas.