Además de ser el reencuentro de la Selección Argentina con su público tras la obtención de la Copa América en Brasil, el partido ante Bolivia por las Eliminatorias en el Monumental funcionó como la prueba piloto para preparar el retorno de los hinchas al fútbol argentino. El Gobierno y la AFA pueden respirar tranquilos porque en la noche de Núñez todo transcurrió con normalidad: los ingresos fueron ordenados, no se provocaron aglomeramientos en los accesos y la gente, en su mayoría, respetó los protocolos. Eso sí, las desprolijidades ocurrieron antes, cuando se registraron colas de más de dos horas para canjear los tickets por las ventanillas del estadio y del Club Obras Sanitarias, sin dudas el principal aspecto a rever de cara a la apertura de puertas de las canchas del fútbol local.
El grueso de las quejas y de las disconformidades de los simpatizantes que lograron comprar su entrada tuvieron foco en la obligación de retirar el boleto previamente al ingreso al estadio el día del partido. Una vez realizada la compra por el sitio web ventas.autoentrada.com se enviaba un mail con el código QR para presentarse personalmente y poder obtener la entrada física, algo que pareció un paso que tranquilamente podría haberse evitado utilizando directamente el código QR para acceder al Monumental.
De hecho, el retiro de los tickets en un principio se iba a realizar solamente martes y miércoles, pero no fue suficiente y debieron habilitar las boleterías de Obras el jueves. Así y todo la cola siguió demorando no menos de un par de horas y, mientras desde las 17 ya algunos ingresaban a la cancha, otros aún seguían esperando por poder tener en la mano la entrada.
La entrada y la app Cuidar, imprescindibles para entrar. Foto: Juano Tesone
No se exigió hisopado negativo ni certificado de vacunación, pero sí era necesario completar con anticipación una declaración jurada virtual en la web del Gobierno que luego se vinculaba a la aplicación Cuidar. Esto se solicitaba a los ingresantes por lo que debían tener a mano el teléfono celular.
Solamente se habilitó un 30 por ciento de la capacidad total: 21.000 personas. De todos modos, a la venta salieron 17.000 y las restantes fueron de protocolo. La AFA destino un remanente de estas para invitar a personal esencial (médicos, enfermeros, recolectores, docentes, entre otros rubros) a modo de reconocimiento por las labores desempeñadas durante la pandemia. Esta es la capacidad con la que arrancará a asistir el público a las canchas argentinas, algo que pasaría antes de que finalice septiembre.
El termómetro pistola, otra postal en tiempos de covid. Foto: Juano Tesone
Una vez dentro del Monumental, el uso del barbijo era obligatorio en todo momento -aunque muchos dejaron narices al aire libre-, así como también mantener la distancia social y no abandonar la butaca asignada. El alcohol en gel y líquido estaba prohibido. También la venta de alimentos y bebidas. Únicamente se permitía el uso de toallitas higienizantes y el expendio de agua mineral.
Así, por primera vez desde que el coronavirus puso en vilo al mundo entero, un partido de fútbol volvió a tener público en el país. Los simpatizantes pudieron disfrutar del espectáculo sin inconvenientes. Y muy pronto los equipos locales podrán volver sentir el aliento de los suyos.
El ingreso al Monumental, como siempre. Foto: Juano Tesone