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Por primera vez desde que se declaró la pandemia, el país enfrentará su primera elección de alcance nacional. Pero no será para definir los destinos de la Casa Rosada. En el país vive la diáspora más importante de la comunidad boliviana en el exterior, con 142.173 residentes bolivianos registrados para votar. Y aunque la mayoría de la población será una mera espectadora, el resultado del comicios tendrá impacto geopolítico en la región y para los intereses del gobierno de Alberto Fernández.
Los votantes bolivianos elegirán por las papeletas a presidente y vicepresidente, donde se presentan como principales competidores el candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) y ex ministro de Economía de Evo Morales, Luis Arce, y el ex presidente Carlos Mesa, por la plataforma Conciencia Ciudadana. El tercero El tercero que puede afectar el desenlace y dividirá los votos de Mesa es el exprefecto de Santa Cruz de la Sierra Luis Fernando Camacho. Los extranjeros en Argentina representan alrededor del 2% del padrón boliviano total, cuya participación se espera cercana al 70 por ciento.
Los residentes bolivianos en el exterior recién estrenaron su derecho a votar en 2009. Históricamente, Argentina es uno de los mayores receptores de inmigración boliviana. Las elecciones anteriores demostraron un hegemónico apoyo en las urnas al MAS del ex presidente Evo Morales Ayma. El año pasado consiguió el 82% de los votos a favor y no se espera que ello vaya a cambiar.
El capítulo argentino no es uno más para las elecciones de Bolivia. En el país se desatará una de las batallas políticas centrales del comicio. Morales está asilado en Argentina por el gobierno de Alberto Fernández, tras ser expulsado del poder en las cruentas elecciones presidenciales de 2019. Durante el proceso murieron 33 personas en enfrentamientos, saqueos y represión policial con el gobierno de transición de Jeanine Áñez.
Los comicios son inéditos desde todo punto de vista. Evo Morales por primera vez no participará de una boleta presidencial desde 2006. Desde Buenos Aires, instaló uno de los centros de campaña del MAS y articuló acciones de apoyo a Arce. Su activismo tiene influencia desde el exilio, pero no podrá votar ya que permanece inscripto como elector en el departamento boliviano de Cochabamba. El líder de izquierda quiso reempadronarse, pero el gobierno de Añez rechazó esa posibilidad.
Este domingo Evo Morales permanecerá en su casa del barrio porteño de Colegiales, desde donde seguirá el desarrollo de los comicios y no participará de ninguna agenda pública. “El pueblo boliviano vivirá un día histórico ya que irá a las urnas por la esperanza de un mejor futuro, con alegría y en paz”, señaló en su último mensaje de este sábado, antes del comienzo de la jornada electoral.
En paralelo, los adherentes al MAS estarán abocados al desarrollo del acto electoral. “Todo está concentrado en las elecciones. Como ciudadanos militantes estaremos al servicio para que todo se lleve con las medidas de protocolo sanitario para cuidarnos entre todos”, sostuvo Iber Mamani, activista por los Derechos Migrantes y Pueblos originarios y miembro del Frente Patria Grande.
Según las últimas encuestas, la competencia se encamina a un escenario de votación con resultados similares al de 2019, cuando se desencadenaron las revueltas y combates entre los adherentes y refractarios de Morales. Una nueva escueta diferencia que podría definir una segunda vuelta o el resultado definitivo hacia el candidato del MAS -el favorito de los sondeos- podría reinstalar la incertidumbre. El clima de hostilidad permanece y está instalado el temor de una nueva espiral de violencia. Ningún sector confía en las reglas de juego establecidas.
En Argentina tampoco se descartan incidentes. “La prioridad es que todas las personas puedan ejercer el derecho a voto libremente y sin injerencia alguna. No debemos descartar que el Movimiento al Socialismo, conjuntamente con sus aliados, podrían tratar de provocar disturbios con la finalidad de deslegitimizar el proceso electoral para justificar su derrota en las urnas”, sostuvo la canciller Karen Longaric a Infobae.
Los votos que aporten las urnas argentinas pueden ser clave en caso de que no haya tendencias claras. Con sus 107.203 electores, más del 75% del padrón se concentra en la región en la Ciudad y el conurbano bonaerense, con un total de 37 y 40 escuelas públicas habilitadas, respectivamente. En ediciones anteriores, los clubes Deportivo Español y San Lorenzo de Almagro, del barrio porteño Bajo Flores, fueron uno de los centros de mayor actividad electoral, seguidos por las urnas de La Matanza.
Además, habrá actividad electoral en Mendoza (5), Jujuy (7), Córdoba (5), Salta (4), Santa Cruz (5), Chubut (2) y Santa Fe, Rio Negro, Corrientes, La Rioja, Neuquén, San Juan, San Luis, Tucumán y la Pampa (1). En general, hubo un aumento del número de escuelas habilitadas para que no se produzcan aglomeraciones por la pandemia.
Los comicios bolivianos ya tuvieron sus sobresaltos en los últimos días. Sobre el filo de la elección, el diputado nacional Federico Fagioli fue detenido en el Aeropuerto Internacional de El Alto, lo que desencadenó una fuerte rechazo y preocupación en el Estado argentino. Junto a otros dos diputados del Frente de Todos, el legislador viajó como observador internacional del proceso electoral. Durante el sábado fue liberado, aunque el gobierno boliviano defendió lo actuado porque acusó al legislador de mentir en Migraciones.
Pero en el medio hubo acusaciones por irregularidades en el empadronamiento de electores, donde la oposición del MAS radicó denuncias en Mendoza y San Luis. En el distrito cuyano, el presidente de la Asociación Boliviana del distrito, Daniel Paz, acusó que de los más de 7.000 bolivianos que viven allí, solo estará habilitado para sufragar “el 15% debido a maniobras realizadas por el gobierno de facto de Bolivia”.
A ese número se le suman los 24.247 electores que fueron suprimidos del padrón, junto a las críticas de los adherentes de Evo Morales al cambio repentino en los lugares de los centros de votación, lo que fue considerado como “una maniobra para desgastar a la gente y confundir”. También acusan de que, hasta ayer, no se había actualizado la aplicación electoral “Yo participo”.
“Consideramos que hay una desorganización del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y Órgano Electoral Pluranacional (OEP) para con los ciudadanos en el exterior, y maniobras que prestan a la duda de sus funciones”, sostuvo Mamani a este medio. “Por ejemplo, de los más de 51.255 inhabilitados para el sufragio en el exterior, sin presentar argumentos válidos y sin permitir realizar un descargo, hoy muchos ciudadanos son privados del derecho al voto”, completó.
“El armado y organización de las mesas es una atribución del Órgano Electoral y el Órgano Electoral publicó oportunamente las listas de inhabilitados, por lo que no debería haber confusión alguna”, rechazó la canciller Longaric las críticas.
Para los bolivianos que concurran a la elección, el gobierno argentino aprobó un protocolo con autorización del desplazamientos de votantes y los funcionarios encargados de las elecciones. Los residentes podrán viajar en transporte público, previo trámite del certificado único habilitante.
La votación se desarrollará de ocho a nueve horas, a partir de las 8 de la mañana o desde el momento que se consiga reunir el mínimo de tres jurados electorales. Una vez cerrada la mesa electoral, el conteo se realizará en la misma escuela. Cuando el escrutinio finalice, el acta será fotografiada y enviada al OEP de Bolivia.
Los resultados de la votación en Argentina “no tienen un horario definido”, según precisó la canciller boliviana a este medio. “Los datos preliminares se conocerán en la fecha, pero los oficiales después que lleguen los sobres del exterior”, apuntó durante la tarde de ayer. Sin embargo, todo indica que no habrá conteo rápido y la definición podría durar días.
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